jueves, 29 de diciembre de 2011

Sopa de cebolla. Un clásico à la Julia Child.



Sigue haciendo frío.
Mucho.


Un momento perfecto para la sopa de cebolla. Una receta clásica, sencilla, a base de unos ingredientes muy básicos que solemos tener siempre en casa. Lo único que requiere este riquísimo plato es un poco de nuestro tiempo (bueno, seamos sinceros: bastante, o por lo menos tanto como para tacharlo de la lista de platos rápidos)
Hay que reconocer que la cocina polaca es muy rica en recetas de sopas, tanto calientes como frías, vegetales y a a base de carne, que suelen servirse prácticamente todos los días como primer plato. Aun así, la sopa de cebolla - en fin, una receta de procedencia (a pesar de ciertos puntos de congruencia) de una cultura culinaria tanto diferente a la polaca - para mi supone un recuerdo de la infancia, una de las sopas que más a menudo preparaba mi madre. 




Sopa de cebolla. 
(adaptada de Mastering the Art of French Cooking. By Julia Child Louisette Bertholle Simone Beck)
Tiempo de preparación: 2.5 h; ingredientes para 6-8 raciones:
650-700 g de cebolla
45 g de mantequilla
1 cuchara de aceite
1 cucharadita de sal
¼ de cucharadita de azúcar
42 g de harina
1,5 litro de fondo oscuro / caldo de ternera 
120 ml de vino blanco o vermut blanco seco
3 cucharas de brandy
6-8 rebanadas de pan tostado (duro)
120-220g de queso rallado (según gusto)
sal y pimienta para sazonar


En una cacerola (una con un fondo grueso si puede ser), a fuego bajo, derretir la mantequilla con el aceite, echar las cebollas cortadas en juliana, remover, tapar. Dejar cocer a fuego lento unos 15-20 minutos.

Añadir la sal y el azúcar. Remover, subir un poco el fuego, dejar cocer a fuego medio, con tapa unos 20 minutos y otros 20 sin tapa, hasta que las cebollas cojan un profundo y uniforme color marrón. Vigilar en todo momento, evitando que las cebollas se quemen (remover de vez en cuando, si es necesario bajar un poco el fuego). Espolvorear las cebollas con la harina. Remover, mezclando bien las cebollas con la harina, sobre un fuego bastante bajo, durante unos 3 minutos más. Apartar del fuego, echar poco a poco el caldo, recién llevado a ebullición (echando el liquido muy caliente y poco a poco, evitamos la aparición de grumos). Echamos el vino, sal y pimienta a gusto. Dejamos cocer a fuego lento-mediano otros 40 minutos con tapa medio cerrada, removiendo de vez en cuando.  Cuando la sopa esté lista y a punto de servir, la añadimos el brandy. 

En cuanto a la manera de servir la sopa, existen varias opciones. Mi preferida es la siguiente: echo la sopa en cuencos de horno (yo uso unos tipo ramekín), pongo en cada uno una rebanada de pan tostado encima y la cubro con el queso rallado. Al final, meto los cuencos en el horno precalentado a 180º, hasta que el queso esté gratinado (unos 20 minutos)
Una alternativa más sencilla (o para los que no tienen horno) sería servir la sopa sin gratinar,  encima del pan tostado, es decir: primero tendríamos que poner el pan tostado en el cuenco y entonces echarle la sopa encima. El queso rallado se serviría en este caso aparte (para echar cada uno de los comensales la cantidad deseada). 



Voilà! Bon appétit!

sábado, 24 de diciembre de 2011

La dulce tentación de Hansel y Gretel.



Empezamos, entonces.
He tardado mucho en decidir cómo. Pero, en el fondo, ¿no es la época qué más ideas puede ofrecer? Hoy es el 24 de diciembre, la vigilia de Navidad - las fiestas cundo más pesadas se ponen nuestras mesas (y, en consecuencia, nosotros mismos...). Pensé que el inicio sería fácil. 


Pero cuando empecé a elegir las plantillas, las fuentes, los fondos del blog y dar mil vueltas a la idea, pensé que al final no me daría tiempo de publicar ninguna receta o idea navideña a tiempo. Sin embargo se me había olvidado de una cosa - mientras "mi" Navidad, la Navidad polaca habrá acabado ya dentro de muy pocos días, la española todavía sigue casi dos semanas más...
Así que, todavía estoy a tiempo.


La Navidad polaca dura tres días, empieza el 24  diciembre y sigue dos días más. Durante estos días las mesas se llenan de comida; se van vaciando, y siguen llenando... Según la tradición, solo durante la cena de la vigilia de Navidad, es decir el 24 de diciembre, debería haber doce platos. Un elemento muy importante del menú (bueno, en realidad, tanto en esta temporada como también durnte todo el resto del año), son los dulces. Entre ellos, algo tan sencillo como una galleta.
Una galleta particular. Una galleta picante, aromática, dulce. Tomada con una taza de té caliente, perfecta para cualquier tarde fría de otoño e invierno. La pequeña hermana del pan especiado de Navidad típico en todo centroeuropa, en mi país llamado piernik.*  


Las que he hecho este año tienen un toque de chocolate. 
Hechas de una masa más fina y decoradas, pueden convertirse en perfectos adornos: para colgar (en este caso, antes de meterlas en el horno, tenemos que acordarnos de hacerles pequeños agujeritos para lugeo poder pasar un hilo o una cinta) o hasta en pequeñas maravillas de casitas de cuento, como la de la bruja del cuento de Hansel y Gretel (sí: ¡en el original la bruja vivía en una casita de pan de especias, no de chocolate!). 


El término piernik (pl. pierniki) puede referirse tanto al el pan / bizcocho especiado grande, como también a una galleta pequeña. 


420 g de de harina (blanca de trigo)
60 g de cacao (negro / no soluble, por ejemplo de valor)
80 g de azúcar glas
¾ de cuchardita de bicarbonato
1 pizca de sal
3 cucharas de mezcla de especias (ver abajo) 
piel de una naranja, rallada (solo la parte naranja, intenar evitar rallar la parte blanca, ya que es amarga)
180 g de mantequilla
1 huevo
60 g de chocolate negro 
4 cucharas grandes de miel o melasa

Mezcla de especias: 
5 cucharaditas de canela, ¾ de cucharadita de mezcla de pimientas (negra, blanca, rosa), ½ cucharadita de clavos, 1 cucharadita de gengibre, ½ cucharadita de nuez moscada, semillas de media vaina de vainilla, 3 semillas de una estrella de anís. Meclamos todos los ingredientes en un mortero y trabajamos hasta obtener una mezcla de polvo fino. Podemos usar también un molinillo o especias ya molidas (opción para los más "vagos").


En un bol mezclamos los ingredientes secos: harina, bicarbonato, sal y las especias. Poner en un cazuela con fondo gordo la mantequilla, chocolate y miel hasta fundir todos los ingredientes, mezclar, dejar enfriar.
Echamos el huevo y la piel de naranja rallada al bol con los ingredientes secos, añadimos la mezcla de chocolate, mantequilla y miel. Mezclamos todo hasta que forme una masa homogénea (la masa debería tener consistencia de plastilina). La dejamos a enfriar una hora en la nevera (de esta manera, la masa se dejará trabajar mejor).
Sacamos la masa de la nevera, la trabajamos con un rodillo hasta que tenga un grosor de unos 3-5 milímetros (un truco muy bueno: meter la masa entre dos hojas de papel de horno). Cortamos gallatas con cortapastas. 
Horneamos 10-12 minutos a180º. Sacadas del horno, dejamos a enfríar encima de la rejilla. Guardamos en un bote cerrado; pasados unos días suelen las galletas suelen emblandecer. Si estuviesen muy duras, podemos meter en el bote un trocito de manzana. 

Para decorar (con un cono de papel para hornear, manga pastlera o jeringa) podemos usar una cobertura obtenida a patir de una mezcla de clara de huevo con azúcar glas (o agua conazúcar glas aunque la cobertura se manetine mejor si es de clara de huevo). La mezcla debe ser bastante densa (primero intentamos hacer por ejemplo una línea, que no debe perder forma sino mantenerse firme). Si deseamos decorar en diferentes colores, añadimos un colorante. Se pueden usar perlas para decoración de repostería, etc.