Sigue haciendo frío.
Mucho.
Un momento perfecto para la sopa de cebolla. Una receta clásica, sencilla, a base de unos ingredientes muy básicos que solemos tener siempre en casa. Lo único que requiere este riquísimo plato es un poco de nuestro tiempo (bueno, seamos sinceros: bastante, o por lo menos tanto como para tacharlo de la lista de platos rápidos).
Hay que reconocer que la cocina polaca es muy rica en recetas de sopas, tanto calientes como frías, vegetales y a a base de carne, que suelen servirse prácticamente todos los días como primer plato. Aun así, la sopa de cebolla - en fin, una receta de procedencia (a pesar de ciertos puntos de congruencia) de una cultura culinaria tanto diferente a la polaca - para mi supone un recuerdo de la infancia, una de las sopas que más a menudo preparaba mi madre.
Sopa de cebolla.
(adaptada de Mastering the Art of French Cooking. By Julia Child Louisette Bertholle Simone Beck)
Tiempo de preparación: 2.5 h; ingredientes para 6-8 raciones:
650-700 g de cebolla
45 g de mantequilla
1 cuchara de aceite
1 cucharadita de sal
¼ de cucharadita de azúcar
42 g de harina
1,5 litro de fondo oscuro / caldo de ternera
120 ml de vino blanco o vermut blanco seco
3 cucharas de brandy
6-8 rebanadas de pan tostado (duro)
120-220g de queso rallado (según gusto)
sal y pimienta para sazonar
En una cacerola (una con un fondo grueso si puede ser), a fuego bajo, derretir la mantequilla con el aceite, echar las cebollas cortadas en juliana, remover, tapar. Dejar cocer a fuego lento unos 15-20 minutos.
Añadir la sal y el azúcar. Remover, subir un poco el fuego, dejar cocer a fuego medio, con tapa unos 20 minutos y otros 20 sin tapa, hasta que las cebollas cojan un profundo y uniforme color marrón. Vigilar en todo momento, evitando que las cebollas se quemen (remover de vez en cuando, si es necesario bajar un poco el fuego). Espolvorear las cebollas con la harina. Remover, mezclando bien las cebollas con la harina, sobre un fuego bastante bajo, durante unos 3 minutos más. Apartar del fuego, echar poco a poco el caldo, recién llevado a ebullición (echando el liquido muy caliente y poco a poco, evitamos la aparición de grumos). Echamos el vino, sal y pimienta a gusto. Dejamos cocer a fuego lento-mediano otros 40 minutos con tapa medio cerrada, removiendo de vez en cuando. Cuando la sopa esté lista y a punto de servir, la añadimos el brandy.
En cuanto a la manera de servir la sopa, existen varias opciones. Mi preferida es la siguiente: echo la sopa en cuencos de horno (yo uso unos tipo ramekín), pongo en cada uno una rebanada de pan tostado encima y la cubro con el queso rallado. Al final, meto los cuencos en el horno precalentado a 180º, hasta que el queso esté gratinado (unos 20 minutos).
Una alternativa más sencilla (o para los que no tienen horno) sería servir la sopa sin gratinar, encima del pan tostado, es decir: primero tendríamos que poner el pan tostado en el cuenco y entonces echarle la sopa encima. El queso rallado se serviría en este caso aparte (para echar cada uno de los comensales la cantidad deseada).
Voilà! Bon appétit!
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